martes, 27 de marzo de 2012

Un cuadro imaginario

¿Te puede hacer feliz algo que nunca has visto? ¿Te puede transmitir tranquilidad?

Yo os digo que sí. Puede parece raro, lo sé, pero para mí ha sido real. La otra noche mientras intentaba dormir una imagen muy clara se vino a mi mente. Una imagen cargada de luz, alegría, paz, tranquilidad, belleza y a la vez oscuridad, estrés, miedo. Todo en un mismo conjunto: un cuadro.

Un cuadro que parecía haber observado detenidamente durante horas pero que jamás he visto. Algo precioso que aun retengo en mi mente. Un oleo lleno de luz. Intentare hacer una breve descripción de este por si es real y alguien lo ha visto.

Lo primero que vemos es un camino muy bien definido por el que camina una mujer mayor, casi anciana, vestida de colores claros, caminando con mucha tranquilidad. Detrás de ella un amasijo de personas sin rostro, vestidos con colores oscuros que traen la oscuridad al cuadro. En segundo plano un árbol que se sitúa muy cerca de la mujer. Un árbol viejo pero bello y fuerte. Un campo se extiende tras él y en el cielo un atardecer lleno de luz, con un sol enorme y perfecto.

Tengo sensaciones, como ya dije antes, como si lo hubiera estado observando mucha, muchas horas y hubiera sacado cada uno de sus detalles. Como si el cuadro me hubiera hablado y contado todo aquello que sentía el que lo hubiera “pintado”. Vida y muerte. Amor e indiferencia. Tristeza y belleza. Unos ojos cansados pero con ganas de seguir mirando esos regalos de la naturaleza, de amarla y de vivir en paz con ella.

El camino es recorrido tanto por la mujer como por el amasijo de personas pero de diferente forma. El camino es como la vida, diferente segundo hacia donde mires. Sin duda estos no miraban nada que no sea ellos mismos, sus ojos han desaparecido, incluso sus rostros porque son todos iguales, con los mismos intereses, las mismas inquietudes: ninguna. La mujer mira con dulzura la vida, con ganas de seguir caminando por esa senda de luz y belleza. Ha aprendido a ver el verdadero sentido de la vida, de su vida. Ha aprendido a ver los pequeños detalles de la vida que nos hacen tan grandes. Esos placeres de los que nos privamos o a los que no les prestamos la menor atención. Pero al final de ese camino solo encontraremos aquello que hemos ido sembrando a nuestro paso: la nada, que rodea al grupo de personas sin rostro, o el árbol fuerte y bello, que aparece a los pies del camino de la mujer.

Lo digo y no me canso de decirlo: lo bonito de la vida está en las pequeñas cosas.

Tania Ferre.

1 comentario:

  1. «Ha aprendido a ver el verdadero sentido de la vida, de su vida. Ha aprendido a ver los pequeños detalles de la vida que nos hacen tan grandes».
    Me quedo con esta gran frase. Creo que tienes buenas "fuentes" para escribir, o para volcar inspiración sobre cualquier expresión artística. No dejes de creer y potenciar tus dones. Estoy convencido de que, a pesar de pintárnosla con las palabras, esa composición quedaría magnífica en un lienzo.

    Siempre es un placer indagar en los tesoros ocultos en el mar que llevas dentro ;)

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