Ya es Otoño y el verano quedó atrás cargado de recuerdos. La segunda entrada que hice en este blog decía así:
Octubre
En otro tiempo era verano
su fuego, sus ardores,
quien encendía mi fantasía.
prefiero ahora el otoño
por sus color que embriaga,
amo la estación cansada
tras la vendimia.
Nada se me parece más,
nada me consuela más,
que este aire que huele
a mosto y a vino,
que este viejo sol de octubre
que resplandece sobre las viñas saqueadas.
Sol de otoño inesperado,
que resplandeces como en un más allá
con tierna perdición
y vagabunda felicidad,
tú nos ves agotados,
esperando lo peor, con la muerte en el alma .
Por eso nos gustas,
vago sol superviviente
que no sabes decirnos adiós,
volviendo cada mañana
como un nuevo milagro,
más hermoso cuanto más desciendes
y estás casi muriendo.
Y con estos increíbles días
vas componiendo tu estación,
toda una dulce agonía.
Pero de esta poesía hace ya un año. Cuantas cosas pueden cambiar en un año. No somos capaces de imaginarlo si quiera. Creo que puedo recordar más o menos como andaba la cosa por estas fechas hace justo un año. Ya habían dado comienzo las clases, esos primeros días, que todos deseamos que llegaran después de un largo verano. Apenas nos habíamos visto y había mil cosas por contar.
Han pasado tantas cosas en un año. Nuevas amistades, nuevas experiencias, nuevos lugares, nuevas decepciones, nuevas responsabilidades… incluso la difícil decisión de ir de Erasmus, que como podéis comprobar esa decisión que valientemente tome se la llevo el viento. Me mantengo en la ciudad de siempre, mi ciudad, Almería.
Ahora me espera otro año. Me conformaría con que fuera la mitad de bueno que lo fue el año anterior. Pero por lo que parece este promete mucho…
Tania ferre