domingo, 28 de agosto de 2011

Mi niñez

Tenía diez años y un gato peludo, funámbulo y necio, que me esperaba en los alambres del patio a la vuelta del colegio.

Tenía un balcón con albahaca y un ejército de botones y un tren con vagones de lata roto entre dos estaciones.

Tenía un cielo azul y un jardín de adoquines y una historia a quemar temblándome en la piel.
Era un bello jinete sobre mi patinete,
burlando cada esquina como una golondrina, sin nada que olvidar porque ayer aprendí a volar, perdiendo el tiempo de cara al mar.

Tenía una casa sombría, que madre vistió de ternura, y una almohada que hablaba y sabía de mi ambición de ser cura.

Tenía un canario amarillo que sólo trinaba su pena oyendo algún viejo organillo o mi radio de galena.

Y en julio, en Aragón, tenía un pueblecillo, una acequia, un establo y unas ruinas al sol.
Al viento los ombligos,volaban cuatro amigos, picados de viruela y huérfanos de escuela, robando uva y maíz,
chupando caña y regaliz. Creo que entonces yo era feliz.

Tenía cuatro sacramentos y un ángel de la guarda amigo y un "Paris-Hollywood" prestado y mugriento escondido entre mis libros.

Tenía una novia morena, que abrió a la luna mis sentidos jugando los juegos prohibidos a la sombra de una higuera.

Crucé por la niñez imitando a mi hermano.
Descerrajando el viento y apedreando al sol.
Mi madre crió canas pespunteando pijamas, mi padre se hizo viejo sin mirarse al espejo, y mi hermano se fue de casa, por primera vez.

Y ¿dónde, dónde fue mi niñez?

Joan Manuel Serrat.


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